Los Institutos Normales “María Stagnero de Munar y Joaquín R. Sánchez” de Montevideo entregaron 455 títulos habilitantes de Maestro de Educación Primaria y Maestro de Primera Infancia. Los profesionales celebraron su egreso con una emotiva ceremonia acompañados de familiares y amigos.
Durante el acto de colación, que se realizó en el Auditorio Vaz Ferreira del Sodre, la presidenta de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Virginia Cáceres, señaló: “Ustedes han elegido la profesión que sin lugar a dudas tiene el impacto más significativo en la construcción de una ciudadanía y de una república. Están asumiendo un compromiso con este país, que es el de seguir forjando ciudadanos en los que el pensamiento crítico y la posibilidad de discernir entre las distintas opciones, sean los ejes principales”.
“Son una generación bisagra para este mundo porque tienen la difícil tarea de reafirmar aquellos principios fundamentales que conforman cualquier república: volver y resignificar todo lo que nosotros hemos construido como país hasta ahora, pero sabiendo que necesariamente nuestro rol debe ser distinto”, reflexionó.
Por su parte, el presidente del Consejo de Formación en Educación (CFE), Víctor Pizzichillo, destacó el “esfuerzo, dedicación, tenacidad y perseverancia” de la generación de egresados. “Hacen honor a los mensajes que tiene el anillo que portarán en el día de hoy. Cada lado del hexágono representa una virtud, una cualidad, que dentro encierra una abeja, uno de los insectos más importantes de la naturaleza”, señaló.
“La sociedad nos encomienda para que aseguremos la libertad de conciencia de las personas, por eso es tan importante nuestra función y este título que reciben. El título docente es el más importante de un país, porque habla de la educación del espíritu y del alma, que es lo que permite mover una sociedad. Serán los transmisores del capital cultural que la sociedad define que hay que transmitir a las generaciones futuras”, resaltó.
Un lugar seguro
La directora de los IINN, Gabriela Corbo, manifestó que aún en la actualidad “la educación se yergue como la gran defensora de los desprotegidos, dándole voz al que no puede hablar. Por eso, donde vayan combatan la ignorancia de la sociedad, pero también su propia ignorancia, y tengan en cuenta -como decía José Pedro Varela- que mucho más arriba que todas las calificaciones especiales está la importancia de educar para el bien, el deber y el honor”.
La representante de su generación, Yamila Scocozza, y quien obtuvo el premio al mérito escolar, afirmó: “Nuestro rol como docentes recae en un verdadero reconocimiento del otro, entendido como un sujeto que presenta un bagaje y que lleva una mochila de vivencias, sensibilidades y asperezas”.
Por último, en representación de los maestros de Primera Infancia, Rosina Bertta expresó a sus colegas: “Me gustaría pedirles que no nos olvidemos de mirar con ojos amorosos a las infancias. Permitámonos jugar, narrar, cantar, volver tangible el mundo y contagiar el amor por ese mundo. En estos tiempos en donde la violencia en el ámbito educativo parece ir en aumento, la escuela debe ser el lugar seguro para las infancias, donde puedan explorar, experimentar y aprender a través del juego y la curiosidad”.
El coro de los institutos fue el encargado de acompañar con música a los egresados. Los integrantes aprovecharon la oportunidad para hacer un llamamiento a que más personas se incorporen al coro.