La escuela rural N°52 de Cerrillada celebró el “5° fogón al pie del timbó” con la presencia de estudiantes, maestras, familias y vecinos que se acercaron a compartir un día de celebración para tejer lazos, fortalecer valores y cultivar el sentido de pertenencia a su tierra y sus raíces.
A 140 kilómentros de la ciudad de Rivera, por el camino Internacional, se encuentra la escuela, que cada año convoca a la comunidad local a un encuentro al pie de un timbó centenario, insignia del lugar.
Este centro tiene la particularidad de tener 7°,8° y 9° año integrado con los seis años de Educación Primaria y nivel Inicial desde los tres años.
“Celebramos con entusiasmo esta modalidad que abre nuevas oportunidades para nuestros jóvenes de la campaña. Gracias a esta propuesta, los estudiantes pueden continuar sus estudios en su propio entorno acompañados por su comunidad. Este proyecto significa igualdad de oportunidades, desarrollo local y esperanza de futuro para nuestros adolescentes rurales”, expresó en la apertura la directora de la escuela, Karina Carneiro.
Asimismo, fue quien encabezó el desfile gaucho tradicional desde el timbó hacia la escuela.
Carneiro contó que están realizando un proyecto llamado “Raíces y recuerdos” que busca documentar la historia de Cerrillada o “Serrilhada”, por su acepción en portugués, “para dejar algo registrado de la historia de la zona”.
En este sentido, se refirió a otros proyectos que llevan adelante los estudiantes de ciclo básico, como el invernáculo, donde desarrollaron un sistema de riego con las placas micro:bit. Se trata de una especie de sensor que cuando está faltando agua y la tierra está reseca, el sistema avisa para que los plantines sean regados.
Ciclo Básico Integrado
Desde 2001 esta escuela, casi centenaria, integra la modalidad de ciclo básico donde actualmente cuenta con 15 estudiantes en este nivel. “Lo que baja la matrícula es el éxodo rural, la falta de empleo en la zona, por eso la gente se va a la ciudad. De todos modos, tenemos estos 15 estudiantes que, para estar en campaña, es bastante”, opinó la directora.
Además, contó que luego de algunas gestiones, lograron coordinar un micro que pueda trasladar a los jóvenes para que continuaran sus estudios.
“Los chiquilines terminan acá noveno grado y van diariamente al liceo de Vichadero donde hacen 200 kilómetros por día, pasando por la localidad de Paso Lapuente, para que puedan terminar sus estudios de educación media. Y si quieren seguir estudios terciarios, ahí sí se van a Rivera, Montevideo o Bagé”.
Carneiro valoró la importancia de la continuidad educativa del pasaje de primaria a ciclo básico en el mismo centro educativo, especialmente en las zonas rurales: “No es lo mismo que un alumno salga con 15 o 16 años de su zona, donde está su familia, a que se vaya con 12 años a la ciudad. Es importante que los chiquilines puedan continuar sus estudios y puedan superarse. No es algo que sea solo para ellos, sino que es un logro y un orgullo para sus familias”.