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Centro de Adultos Sordos de Montevideo promueve oportunidades desde hace 75 años

El Centro 4 de Adultos Sordos, dependiente de la Dirección de Jóvenes y Adultos de la ANEP, celebró sus “75 años construyendo historia en la comunidad”, con una muestra de lo realizado en los talleres ocupacionales que ofrece y actividades artísticas a cargo de los estudiantes.

El Centro funciona ininterrumpidamente desde hace 75 años en el ámbito de la Administración Nacional de Educación Pública, enfocado en el aprendizaje de la comunidad adulta sorda, integrando a otras poblaciones vulnerables y oyentes en general.

Este espacio fue creado por la Dirección de Educación Primaria en 1950, y denominado “Curso de Adultos Sordomudos Nº 43”. En sus comienzos, compartió el local con la Escuela Nº 197 de niños sordos.

En la actualidad, la propuesta educativa cuenta con cinco profesores sordos y dos intérpretes de Lengua de Señas Uruguaya (LSU), lo que posibilita la participación tanto en la educación formal, a través del Programa Uruguay Estudia, como en la no formal, con los talleres ocupacionales. El Centro tiene una matrícula de 500 alumnos.

Algunos jóvenes provienen de la escuela N° 197 de niños sordos y con alteraciones del lenguaje, y también acuden adultos que por diferentes circunstancias interrumpieron su trayectoria educativa. En el centro reciben una formación que se transforma en una salida laboral.

Para celebrar los tres cuartos de siglo del Centro, los estudiantes organizaron una tarde de festejos, que también contó con la participación de las familias y comunidad. Entre globos amarillos y celestes, fotografías de la historia del centro y stands donde se presentó con orgullo el trabajo de decenas de jóvenes y adultos sordos; la alegría, la amistad y el sentido de pertenencia, constituyeron la esencia del encuentro.

La directora Paula Peña destacó que este es uno de los pocos espacios referentes para los integrantes de la comunidad sorda, “donde se reencuentran y expresan sus intereses, necesidades e inquietudes. El rol educativo se puede lograr, dado que la comunicación no es un obstáculo”.

Centro integrado

“El desafío mayor que tiene el centro es visibilizarse a la comunidad en general. Si bien hace 75 años que este espacio educativo existe, evidenciamos un desconocimiento por parte del barrio de las diferentes actividades que se desarrollan y que, si bien comenzó siendo un centro exclusivo para personas sordas, hace años está integrado”, afirmó.

“Este año comenzamos a trabajar desde el Centro hacia el barrio, creando redes con los diferentes lugares educativos y sociales. Se trata del único centro educativo específico para jóvenes y adultos sordos. Existen otros lugares donde participan sordos, pero son lugares pensados para oyentes. La integración se da a través de aulas con intérpretes”.

Los talleres que se ofrecen en este espacio educativo, les aporta herramientas fundamentales a los estudiantes para insertarse en el mercado laboral. “Aquí entendemos la importancia de la participación de las personas sordas en clave de derechos humanos e integración social, por lo que fomentamos aulas integradoras. Creemos que esta modalidad debería replicarse en todos los departamentos del Uruguay, donde la comunidad sorda se siente perdida, sin espacios”, reflexionó Peña.

La celebración también contó con la presencia de la consejera del Consejo Directivo Central, Daysi Iglesias, y de la directora de Jóvenes y Adultos, Mónica Grosso.

En esta oportunidad, los estudiantes de comunicación prepararon una obra de teatro sobre la historia del centro. También realizaron un desfile del taller de diseño, Paula Peña y la intérprete Adriana Riotorto recitaron una poesía, alumnos de LSU abordaron la importancia de la comunidad sorda y un mimo ofreció una actuación. Además, los alumnos del taller de cocina ofrecieron una degustación gastronómica.