El profesor Stanislas Dehaene (Collège de France), especialista en neurociencia cognitiva y aprendizaje, ofreció la conferencia titulada: “¿Cómo aprendemos matemática?... y por qué las niñas se están quedando atrás?”, una investigación publicada por la revista Nature. La conferencia estuvo dirigida a maestras, maestros y profesores.
Prevenir las disparidades de género en matemáticas es una preocupación a nivel mundial. En la infancia y la niñez temprana, niños y niñas muestran un conocimiento básico similar de número y espacio. Por lo tanto, se considera que las disparidades de género en matemáticas reflejan en cierto grado la internalización del estereotipo sociocultural de que “las niñas son malas para las matemáticas”.
En esta oportunidad, Dehaene presentó los resultados de una evaluación longitudinal de cuatro años en el auditorio de la Torre de las Telecomunicaciones, acerca del rendimiento en lenguaje y matemáticas de todos los niños y niñas franceses de primer y segundo grado (2.653.082 estudiantes). Al ingresar a la escuela, los puntajes de matemáticas de niños y niñas eran muy similares, pero una brecha de género a favor de los varones se volvió altamente significativa luego de cuatro meses de escolarización, tendencia que se mantuvo inmutable de allí en adelante.
Estos hallazgos se repitieron cada año y variaron solo levemente según la familia, la clase, el tipo de escuela o el nivel socioeconómico. Aunque la escolarización estaba correlacionada con la edad, al aprovechar las variaciones casi ortogonales, se evidenció que la brecha de género aumentaba con la escolarización y no con la edad. Estos resultados apuntan al primer año de escuela como el momento y lugar donde emerge una brecha de género en matemáticas a favor de los varones, lo que ayuda a enfocar la búsqueda de soluciones e intervenciones.
Dehaene afirmó que todos los niños y niñas tienen “la misma intuición e inclinación innata hacia el aprendizaje de la matemática. Entonces, ¿por qué surge esta brecha?”.
Algunas de las posibles respuestas que el académico encontró en otras investigaciones, apuntan a que las niñas suelen sufrir una mayor ansiedad que los niños al trabajar con matemática. Además, señaló que las actitudes de los educadores pueden reforzar o reducir las disparidades de género en esta materia, “por ejemplo, preguntarle más a los varones que a las niñas, contribuye a engrosar la brecha”.
Disminuir la brecha
Luego se preguntó cómo revertir esta desventaja. Por un lado, sostuvo que es necesario concientizar a los alumnos de que todos pueden tener un buen desempeño en el aprendizaje de la matemática. También asegurarse de enseñar en el nivel educativo correcto, lo que garantiza un 80% del éxito. “Pregunten a las niñas tanto como a los niños”, agregó.
Por otra parte, explicó que exhibir ejemplos positivos de mujeres que se dedican a la matemática suele ser provechoso. En la misma línea, reveló que “si la mejor de la clase es una niña, la brecha tiende a ser menor”.
“Hay que reducir la ansiedad. La matemática es un juego, hay que transmitir la idea del disfrute y de que es dable cometer errores. Debemos normalizar los errores para aprender de los propios y de los ajenos. Todos tenemos las mismas capacidades para aprender”, destacó.
Además, recomendó a los docentes introducir objetos matemáticos abstractos usando ideas concretas e intuitivas, y lenguaje y símbolos que focalicen la atención, afinando y propiciando la composición mental de conceptos.
También los animó a emplear juegos que motiven a los alumnos, a construir conceptos matemáticos intuitivos y a reducir la ansiedad en la clase. “Hay que centrarse en los cuatro pilares del aprendizaje: atención, interés-curiosidad, socialización de los errores y consolidación de lo aprendido”.
Políticas educativas
Previo a la presentación, el presidente de la ANEP, Pablo Caggiani, destacó la pertinencia del estudio de Dehaene, y dio cuenta que en el último tiempo Uruguay ha aumentado la brecha de género en el aprendizaje de la matemática.
“En esto nos va la vida, en poder colocar evidencia a la mano de quien toma las decisiones. Nos preocupa cómo perciben los roles de género nuestros estudiantes y esto nos indica que algo está pasando que no estamos resolviendo adecuadamente”, reflexionó.
Por su parte, la directora general de Educación Inicial y Primaria, Gabriela Salsamendi, consideró: “Este tema es central para las políticas educativas, como el tema de las brechas y sobre todo las relacionadas con el género. Desde el CODICEN, una de las grandes preocupaciones tiene que ver particularmente con la matemática. Cómo las evaluaciones internacionales, regionales y nacionales muestran que la matemática tiene una condición compleja de mover la aguja”.
Por otra parte, la doctora Andrea Goldin, autora del libro “Neurociencia en la escuela. Guía amigable (y sin bla bla) para entender cómo funciona el cerebro durante el aprendizaje”, compartió sus aportes a la exposición del académico.
El encuentro también contó con la presencia de la vicepresidenta de la República, Carolina Cosse, y del ex rector de la Universidad de la República, Roberto Markarian.
Cabe mencionar que la visita del académico recibió apoyo de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Centro Interdisciplinario de Cognición para la Educación y el Aprendizaje (CICEA), Sociedad Uruguaya de Ciencias Cognitivas y del Comportamiento (SUCCC), ProFuturo y Gurises Unidos.