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Las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública realizaron dos encuentros “Cara a cara” en Treinta y Tres y Cerro Largo, en el marco de una completa agenda de inauguraciones y reuniones con actores clave de los departamentos. Estos espacios de diálogo permitieron a los asistentes plantear inquietudes y conocer más acerca de la Transformación Educativa.

El presidente de la ANEP, Robert Silva, inició su presentación reafirmando el compromiso del país a través del tiempo con la educación pública. “En ese marco, sabiendo que hay un conjunto de desafíos que hay que afrontar en nuestra sociedad y que la educación es un instrumento de relevancia, estamos promoviendo estos espacios que construyen la posibilidad de encontrarnos”.

“Vinimos a presentar a la sociedad las líneas de acción de la Transformación Educativa. La primera pregunta que nos hacemos es si es necesaria la transformación en el estado actual de la educación. ¿Cuál es la realidad?”, inquirió.

En este sentido, expuso datos actuales “y precisos sobre aspectos que nos deben llamar a la reflexión”.

Silva afirmó, en base a cifras proporcionadas por el Instituto de Evaluación Educativa (Ineed), que a los 16 años el 15% se encuentra fuera del sistema educativo y un 34% presenta rezago. A los 19 años esa situación empeora y un 42% ya abandonó la educación.

Con respecto a la situación de los jóvenes según el ingreso de hogares, de 15 a 17 años el 74% asiste en la edad oportuna en aquellos hogares que tienen ingresos más altos, y abandona un 6%. En el 20% de menores ingresos solo asiste en edad oportuna el 27%, ya abandonó un 28% y presenta rezago un 45%.

Reflexionó acerca de que el rezago, “que es ni más ni menos que la repetición”, constituye un predictor de fundamental incidencia en el éxito o en el fracaso educativo. “Hay pocas posibilidades de éxito educativo a partir de las repeticiones y sobre todo si son repeticiones consecutivas de grado”.

Asimismo, analizó qué sucede con el egreso y la culminación de ciclos educativos. Entre los 21 y 23 años en Educación Media Superior egresan solo 4 de cada 10, pero en el quintil 1 y 5 la diferencia es notoria. “El 82% de los que más tiene egresan, mientras que solo el 18% de los que menos tiene lo hace”.

Con respecto a los aprendizajes, calificó la situación de “dramática” refiriéndose a los resultados de la evaluación Aristas del Ineed. En sexto año de Primaria, en los dos niveles más bajos, el 15% de los niños se encuentra en un contexto muy favorable, y en el muy desfavorable un 49%. Silva destacó que este fenómeno plantea una fuerte inequidad al interior del sistema. “Los que menos tienen menos egresan, menos permanecen, menos aprenden”.

Por otra parte, indicó que en tercero de Educación Media de UTU o Secundaria la diferencia aumenta considerablemente. El 31% de los que se encuentran en un contexto muy favorable se ubica en los niveles más bajos de aprendizaje, pero esa situación asciende al 82% en el quintil más desfavorable.

Silva señaló que la situación es mucho más desventajosa en los quintiles más pobres. Los que están por debajo del umbral mínimo de competencias para insertarse con éxito en la sociedad varían. Lo peor se da en Matemática, en donde en general 1 de cada 2 jóvenes de 15 años no cuenta con las competencias básicas “para estar incluido en una sociedad, de acuerdo a las pruebas PISA de 2018”, manifestó.

La transformación

Silva hizo énfasis en que la Transformación Educativa tiene entre sus pilares principales atender los aprendizajes de calidad. Para ello, se apela a horas de acompañamiento y tutorías en escuelas comunes en el 100% de los liceos y por primera vez en la UTU.

Por otra parte, destacó que inéditamente se estableció un plan de inicio y de finalización de cursos, trabajo por sectores y coordinación de las distintas disciplinas. Además, se planteó una focalización en las escuelas APRENDER de Tiempo Completo, políticas orientadas a los aprendizajes y coordinación con Ceibal y el Instituto Nacional de Evaluación Educativa.

También se refirió a que no solo es preciso modificar los contenidos, sino que también hay que cambiar cómo se enseñan apuntando a los aspectos metodológicos, un factor que a su entender tiene una fuerte incidencia en la permanencia de los jóvenes en los centros educativos.

Silva destacó el trabajo que se realiza en los centros educativos María Espínola. En este sentido, afirmó que estos centros fueron creados a partir del acumulado de experiencias que el país tiene en relación a la importancia de la extensión del tiempo pedagógico, para desarrollar actividades que contribuyan a la permanencia de los estudiantes en el centro, trabajar con las familias, potenciar la estabilidad de los docentes, brindar tres comidas diarias y desarrollar acciones específicas dirigidas a los estudiantes en una situación de mayor vulnerabilidad.

Además, destacó otra de las líneas de acción de la Transformación Educativa que atañe al fortalecimiento de los centros educativos: se apunta a la profesionalización de los equipos de supervisión y dirección mediante la realización de concursos, cursos de directores y llamados a inspectores, el desarrollo de sistemas para la planificación y gestión, la estabilidad de equipos docentes y directivos, y el cambio de normativa y otorgamiento de mayores atribuciones.

Por último, se refirió a la consolidación de una política nacional docente. Este objetivo se cristalizará a partir de la consolidación del carácter universitario de la Formación Docente y su transformación curricular, la apuesta a un desarrollo profesional permanente y continuo, concursos para ascensos docentes más allá de la antigüedad y un cronograma nacional de concursos.