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ANEP presentó documento que busca promover la salud y prevenir el suicidio

Publicado: 
16/09/2022

 

 

El Grupo de Trabajo de Salud Mental, integrado por los equipos técnicos de los subsistemas de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y coordinado por la Unidad de Análisis e Intervención (UNAI) de la Dirección de Derechos Humanos del CODICEN, presentó una guía que aborda la prevención del suicidio y apunta a mejorar la salud en los centros educativos.

De acuerdo a cifras proporcionadas por el Ministerio de Salud Pública en 2021 hubo 738 fallecimientos a causa del suicidio en Uruguay, una cifra levemente mayor a la del año anterior que se ubicó en 718. El 82% de los fallecidos a causa del suicidio fueron hombres y 18% mujeres.

La mayor tasa de suicidios se produce en personas mayores de 75 años. No obstante, los jóvenes son un grupo que genera mucha preocupación.

Durante la presentación de la “Guía de promoción de salud y prevención de conductas suicidas. Orientaciones para las instituciones educativas”, la directora de Derechos Humanos del Codicen, Gloria Canclini, hizo mención a algunas frases recogidas en la campaña lanzada recientemente “Ni silencio, ni tabú” que amplifica la voz de los jóvenes con frases como “me siento mal pero me da vergüenza decirlo”, “me siento sola aunque a veces esté rodeada de mucha gente”, “a veces siento que quiero desaparecer”, “necesito hablar de lo que me pasa y no sé con quién”. “Esta campaña tiene la virtud de poner en palabras un tema que hasta ahora parecía tabú. Las cosas se resuelven enfrentándolas, no poniéndolas debajo de la alfombra”, afirmó.

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Canclini destacó la pertinencia de la guía de la ANEP que constituye una nueva herramienta, y además de tener como cometido la prevención del suicidio, apunta a promover la salud y el bienestar psico socio emocional.

“Además nos servirá para interpretar las señales y alertas que a veces acontecen en nuestros centros educativos, porque ellos son la caja de resonancia de lo que sucede en nuestra sociedad”, destacó.

Por su parte, Carolina Ponasso, directora de la UNAI, destacó el impacto que tiene el suicidio en nuestro país a nivel familiar, emocional, comunitario y social. “No es una muerte cualquiera, es una muerte que nos deja sin palabras con más preguntas que respuestas, y es necesario en los momentos en que nos enfrentamos a esta temática contar con el otro y con insumos para abordar de la mejor manera esta situación tan compleja”.

En ese sentido hizo énfasis en que la educación "tiene un rol clave en la promoción de vínculos con la vida y de salud en lo que tiene que ver con lo comunitario, a nivel de atención primaria, y de la capacidad de adelantarse a los problemas”.

Con respecto a la guía, celebró el esfuerzo interinstitucional junto al INJU y el Ministerio de Salud Pública para recoger la voz de los involucrados de la comunidad educativa y “ayudar en estas situaciones que nos interpelan”.

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Espacio de escucha activa

El subdirector de Educación Secundaria, Óscar Yañez, señaló que un primer paso para avanzar en el abordaje de esta temática es el trabajo interdisciplinar e interinstitucional, lo que nutre la mirada en torno a la problemática. “Hay una realidad que debemos asumir y es que el suicidio es uno de los tantos temas que nos preocupan como educadores. Es importante que se sepa que existe un equipo consultivo en la órbita de Derechos Humanos del Codicen, integrado por las subdirecciones de los subsistemas y por el CFE”.

La representante del INJU, Leticia Palumbo, destacó la complementariedad entre las distintas herramientas creadas desde el Estado para enfrentar la realidad nacional con respecto al suicidio. “Hay que colocar este tema en la agenda y que no nos de miedo como referentes adultos hablar del tema. Desde el Instituto traemos las voces de los jóvenes, y lo que reclaman permanentemente son espacios de participación y una escucha activa en la interacción con el mundo adulto, porque hay un péndulo donde se minimizan situaciones en algunos casos o se patologizan en otros en lo que refiere a la salud mental”.

Magdalena Álvarez de ASSE manifestó que se trata de “temáticas complejas que requieren que los diferentes actores de los territorios nos miremos, acordemos acciones, trabajemos en sinergia y generemos un impacto en lo que refiere a la salud integral, hasta los riesgos o manifestaciones del sufrimiento de niños, niñas y adolescentes que requieren de una atención diferente”.